Aprendí a relacionarme con la vida y los demás volcándome en la necesidad ajena, olvidándome de mí en cualquier relación, amistad, pareja, familia, etc. Me exigía mucho, tenía que ser perfecta en todo, me castigaba mentalmente y me hablaba muy mal. Como resultado, endurecí mi corazón por miedo al dolor y en consecuencia,  vivía sintiendo mucha culpa y tormento. Me sentía insatisfecha con todos los aspectos de mi vida y muy frustrada.

Gracias a la terapia y a priorizarme he llegado donde estoy hoy siendo otra Noemí, y si fue posible para mí, para ti también lo es.

Como puedes ver soy una persona cercana, de trato fácil con un camino ya recorrido. Para mí es muy importante acompañarte en tus objetivos cuidando cada detalle haciendo que el espacio de la terapia sea seguro y amable.